Otra manera de contar (John Berger y Jean Mohr)

Portada del libro "Otra manera de contar"

Portada del libro «Otra manera de contar»

Esta semana terminaba de leer “Otra manera de contar”, obra publicada en nuestro país por la editorial Gustavo Gili en 2013,

…estamos hablando de todo un clásico dentro de la bibliografía existente en la que se trata de contar una teoría de la fotografía
aunque la primera edición en castellano se publicó en 1997 por Mestizo A.C., remontándose la primera edición de la obra, en inglés, a 1982.  Y doy todos estos datos para hacer entender que estamos hablando de todo un clásico dentro de la bibliografía existente en la que se trata de contar una teoría de la fotografía. En este sentido estamos hablando de un campo que antes fue abordado por autores del calibre de Walter Benjamin, Roland Barthes y Susan Sontag.

Los autores son el escritor, crítico de arte y pintor británico John Berger, y el conocido fotógrafo suizo Jean Mohr, dos grandes indagadores de lo visual que en esta obra nos hacen reflexionar acerca de las ambigüedades de lo que, aparentemente, es la forma de arte más sencilla: La fotografía.

Una característica inédita en este tipo de trabajos, es que su teoría la elaboran no sólo con palabra, sino también con imágenes
Una característica inédita en este tipo de trabajos, es que su teoría la elaboran no sólo con palabra, sino también con imágenes, y no sólo se basan en el análisis sino que también incorporan anécdotas y recuerdos de cuando realizaron el trabajo.

Un libro difícil de resumir y de definir, por lo que yo simplemente indicaré las partes de las que consta para que os podáis hacer una idea de su contenido. Y a continuación, y como en otras ocasiones, pongo una relación de frases o pensamientos que se dejan caer a lo largo del mismo, y que a mí al menos me han hecho y me harán reflexionar durante algún tiempo, y que a la vez sirven como resumen muy personal de su contenido.

El libro está dividido en cinco partes:

1ª parte.- Jean Mohr nos habla de su experiencia como fotógrafo, centrándose en la ambigüedad de las fotografías, y para ello nos comenta el resultado de un interesante trabajo en el que muestra la misma fotografía a diferentes individuos, para que cada uno nos de su impresión sobre dicha imagen. Al final el autor nos indica las circunstancias y motivos reales que llevaron a su realización.

2ª parte.- Se titula “apariencias”. Y podríamos decir que es el cuerpo de la obra, en el que John Berger nos expone su teoría de la fotografía. Una teoría que más allá de lo puramente empírico o lo puramente estético nos lleva a la cuestión del significado de “las apariencias”. Pues para Berger, una fotografía es básicamente la cita de una apariencia.

3ª parte.- Se trata de una secuencia de 150 fotografías sin palabras. La secuencia se titula “Si cada vez…”, y es una reflexión sobre la vida de una mujer campesina. Hay que indicar que los autores no pretenden hacer un reportaje, sino más bien un trabajo de imaginación.

4ª parte.- Se habla de las implicaciones teóricas del modo en que se ha intentado contar una historia en el apartado anterior “Si cada vez…”.

5ª parte.- Se añaden  otras disquisiciones teóricas, como las diferencias entre el lenguaje cinematográfico y el fotográfico y se habla de la exclusiva forma de narrar mediante el uso de series fotográficas.

Y como he dejado dicho aquí incluyo algunas citas bastante jugosas, a mi entender, que pueden extraerse de la lectura de este libro, y que pueden dar lugar a reflexiones interesantes.

 

* Una fotografía detiene el flujo del tiempo en el que una vez existió el suceso fotografiado. Todas las fotografías son del pasado, no obstante en ellas un instante del pasado queda detenido de tal modo que, a diferencia de un pasado vivido, no puede nunca conducir a un presente.

* Toda fotografía nos presenta dos mensajes: un mensaje relativo al suceso fotografiado y otro relativo a un golpe de discontinuidad. Este último, debido a lo acostumbrados que ya estamos a la fotografía, suele olvidarse.

* La ambigüedad de una fotografía no reside en el instante del suceso fotografiado sino en la discontinuidad (el abismo entre el momento registrado y el momento de mirar).

* Una fotografía preserva un momento del tiempo y evita que sea borrado por la sucesión de más momentos.

* Un instante fotografiado sólo adquiere significado cuando el espectador puede leer en él una duración que se extienda más allá de si mismo, es decir cuando pueda darle un pasado y/o un futuro.

* Los recursos que tiene el fotógrafo para dar ese significado son muy pobres comparados con otros medios, como los que tiene un narrador, un pintor, etc. En el caso del fotógrafo básicamente consiste en elegir el instante apropiado.

* Esta pobreza de medios hace que a veces necesitemos un título para comprender el significado del suceso.

* Todas las fotografías son ambiguas, todas han sido arrancadas de una continuidad. Incluso un simple paisaje rompe una continuidad: la de la luz y el tiempo. ¿Podría esta ambigüedad sugerir otra manera de contar?

* La relación entre la imagen y lo que representa es una relación inmediata y no construida, es realmente una huella.

* El fotógrafo puede elegir el árbol que quiere fotografiar, el tipo de película, el encuadre, el filtro, la exposición, etc. Pero al final es la luz que emana de ese árbol la que deja la huella sobre la película.

* Un dibujo contiene el tiempo transcurrido al hacerse, su propio tiempo, independientemente del tiempo vital que describe. Pero la fotografía es casi instantánea, el único tiempo que contiene es el del instante aislado que muestra. Y además es un tiempo uniforme, pues al contrario que en la pintura se le ha dedicado el mismo tiempo a cada una de sus partes.

* La fotografía, a diferencia del dibujo no posee un lenguaje. La imagen fotográfica se produce instantáneamente mediante la reflexión de la luz. Las fotografías no traducen las apariencias, las citan.

* Para hacer que una fotografía cuente una mentira tenemos que realizar una intervención elaborada. En si misma la fotografía no tiene un lenguaje que pueda ser traducido. Y sin embargo las fotografías se están utilizando masivamente para engañar más que para informar.

* La cámara no miente ni siquiera cuando es utilizada para citar una mentira. De ahí que la mentira parezca más veraz.

* En cierto modo no hay fotografías que puedan ser negadas. Todas las fotografías poseen categoría de realidad. Lo que hay que examinar es de qué modo la fotografía puede o no dar significado a los hechos.

* Si decimos que la fotografía cita las apariencias, tal vez podemos deducir que la apariencias mismas constituyen un lenguaje. Pero ese es un lenguaje torpe e impreciso, no es un lenguaje completo, aunque al menos abre un espacio para múltiples ideas.

* Una fotografía cita las apariencias, pero al hacerlo las simplifica. Esa simplicidad puede aumentar su legibilidad. Todo depende de la calidad de la cita elegida.

* Las apariencias son ambiguas, con múltiples significados. Esta es la razón por la que lo visual es asombroso y la memoria basada en lo visual, es más libre que la razón.

Enlace al comentario que sobre esta obra se hizo en el diario «El pais»: https://elpais.com/diario/1997/06/25/cultura/867189606_850215.html

 

 

 

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