El porqué de los HDR y el porqué de su mala fama.

En esta entrada trato de explicar qué es una imagen tratada con HDR y qué no es un HDR. Me sirvo para ello de una fotografía realizada en unas condiciones de luz en las que es factible la utilización de esta técnica, pues no siempre lo es. Y aunque explico brevemente el procedimiento y las aplicaciones utilizadas no entro de lleno de manera pormenorizada en estos detalles, que serían, si acaso, objeto de otra entrada del blog. Es decir en que en esta entrada trato más que nada de explicar el concepto del HDR o fotografía de alto rango dinámico.

Aquí  dejo un vídeo en el que resumo lo explicado en el texto, por si te fuera más cómodo. Aunque recomiendo leer el texto, ya que esta más detallado.

 

En primer lugar la definición.

La técnica fotográfica se denomina en inglés «high dinamic range«, HDR para abreviar, y del que una traducción literal  sería «alto rango dinámico», y que viene a ser algo equivalente a lo que antes, con la fotografía química se denominaba latitud de exposición. Y es que realmente, el rango dinámico de una cámara, no es ni más ni menos, que la razón entre el mayor nivel de luminosidad que el sensor es capaz de medir, antes de saturarse, y el mínimo nivel de luz que es capaz de captar, descontando el ruido de la lectura.

A ver si lo entendemos. Cuando realizo una fotografía de cualquier escena, en ella hay un rango dinámico que va desde el valor lumínico que tienen las luces más altas de la misma, hasta el valor lumínico de las sombras más oscuras. El ojo humano es capaz de adaptase a condiciones de gran diferencia lumínica y captar detalle tanto en las altas luces como en las sombras aunque tenga una gran diferencia lumínica. Pero esto no es así con las cámaras fotográficas o mejor dicho con los sensores digitales. Piensa en la típica escena de una fachada blanca encalada, a la que le está dando la luz del Sol, y en la que hay una puerta abierta que nos muestra un interior sin ninguna iluminación, cómo la que te muestro en este ejemplo.

Escena de Alto rango dinámico en la que perdemos detalle en las sombras.

Escena de Alto rango dinámico en la que perdemos detalle en las sombras.

Ningún sensor digital sería capaz de mostrarnos detalle en las sobras del interior  y en la textura de la pared encalada, al menos sin un ruido apreciable en las sombras.

En la siguiente toma, con unos valores mayores de luminosidad, si que veo el detalle de las sombras del interior de la casilla, pero he perdido la textura del encalado y algunas sombras de la vegetación.

Escena de Alto rango dinámico en la que perdemos detalle en las altas luces

Escena de Alto rango dinámico en la que perdemos detalle en las altas luces.

El rango dinámico se mide en pasos (stops), y las mejores cámaras fotográficas tienen un rango dinámico de 8 o 9 pasos teóricos (10 excepcionalmente) . Aunque debido a la forma lineal en que se almacena la información digital, y que ahora no viene al caso explicar, lo cierto es que al menos dos de esos pasos, son casi inservibles, pues son los que corresponden a las zonas menos iluminadas, para las cuales se reservan muy poca cantidad de bits, y por lo tanto almacenan muy poca información útil.

La técnica del HDR viene a solucionar este problema, pues consiste  básicamente y a grandes rasgos en fotografiar varias veces el mismo motivo con diferentes valores EV (vaya otro concepto que tendré que explicar en otra entrada del blog) , que suele traducirse en diferentes tiempo de exposición, pues aunque también podríamos jugar con el diafragma  o el ISO no es aconsejable para esta técnica.

Entonces ¿cómo sé cuando debo utilizar un HDR para captar una imagen?, o lo que es lo mismo ¿qué imágenes son aptas para un HDR?

Pues muy sencillo medimos la luminosidad de la imagen en aquel punto en el que se encuentra la luz más intensa de la que queremos tener detalle, vamos, de la que queremos que pueda verse mínimamente su textura (conviene poner el fotómetro en modo de medición puntual, o bien acercarnos todo lo posible a esa zona del motivo). Y lo mismo para la zona más oscura en la que nos interese conservar algo de textura. Si la diferencia de sus valores lumínicos que nos da el fotómetro de la cámara (ahora explico esto) es superior a la que el sensor de la misma es capaz de captar, tenemos una imagen candidata al HDR.

Explico brevemente lo de los valores EV : Cuando medimos la luz que refleja (luz reflejada), o la que incide (la que recibe desde la fuente de luz), sobre un objeto, ya sea con un fotómetro externo, o con el de la propia cámara, este nos devuelve un valor correspondiente a la luminosidad que llega a su sensor, y a este valor se le denomina típicamente EV (valor de exposición). Este valor se expresa en pasos, de forma que de un valor a otro la intensidad de la luz es el doble. Un EV 4 indica el doble de intensidad lumínica que un EV 3. En base a eso, yo debo seleccionar un valor ISO, velocidad de obturación y diafragma, para que la toma sea correcta.

Display de la cámara con los valores de exposición.

En esta captura del visor, la cámara me está indicando que con una velocidad de 1/50 y un diafragma 4,5 y para un iso previamente seleccionado, la imagen estaría 4 pasos por debajo de su valor correcto. Esto es mucho, recuerda que cada paso es el doble de luz, así pues, en este caso necesito aumentar 16 veces la iluminación para obtener una exposición correcta.

Volviendo a lo nuestro, el HDR, si la diferencia de EV entre esos dos puntos de máxima y mínima luminosidad, que he medido previamente, está por encima del rango dinámico que es capaz de captar mi cámara, que en la práctica no estará muy por encima de los 6 pasos útiles, y eso disparando en RAW, pues en ese caso no podré captar con la suficiente calidad y detalle toda la escena o tendré que acudir a técnicas como el HDR.

Pero ¿ Y en qué consiste el  HDR?

Pues la solución que el hdr nos ofrece para un problema como el mencionado, consiente en realizar varias tomas del mismo motivo con diferentes valores de exposición: típicamente una para las luces, otra para las sombras y otra para las medias luces; aunque pueden hacerse, muchas más con valores intermedios y de hecho en algunas ocasiones se hacen muchas más, no ya sólo para aumentar el rango dinámico sino para conseguir una transición de tonos muchos más suave.

A partir de ahí, tenemos dos opciones, una sería el tratamiento de estas imágenes, tal cual se han captado, en un programa de edición, seleccionando mediante máscaras aquellas zonas que me interesen de cada imagen. Pero esto, si somos puristas no sería un HDR. Se trata de una técnica totalmente valida en muchos casos, pero no es un HDR. Y es que una de las características de un HDR es que vamos a obtener una imagen de 32 bits. Y por lo tanto con una riqueza tonal mucho mayor, con unos degradados mucho más finos y encima con mucho menos ruido. Ojo que he dicho con mayor riqueza tonal o de tonos intermedios, no con mayor amplitud de colores, lo que generalmente se conoce como gamut, y que depende principalmente de la calidad de los fotodiodos de la cámara.

Para valorar la calidad de una imagen de 32 bits hay que tener en cuenta, que la diferencia de información entre una imagen JPG de 8 bits y una de 12, 14 o 16 bits, en formato RAW, es más de la que puede parecer a simple vista. Pues son escalas logarítmicas. En una imagen de 8 bits disponemos de 256 tonos (2 elevado a 8). En una de 16 bits tendríamos 65.536 tonos (2 elevado a 16). Pero en una de 32 bits tenemos 4.294.967.296 tonos (2 elevado a 32). Algo que va incuso más allá de lo que puede diferenciar el ojo humano y por supuesto de lo que puede representar un monitor o impresora. Por eso, estás imágenes no pueden visualizarse directamente, hasta que no se transforman a 8 o 16 bits. Pero lo importante es que en su procesado hemos podido jugar con todos esos tonos para obtener la imagen final.

Vamos a la práctica. ¿Cómo hago las tomas para un HDR?

– En primer lugar, y aunque podría aplicar la técnica con imágenes en JPG, está claro que el HDR está enfocado a trabajar con formatos más amplios como el RAW o el TIF de 16 bits, ya que en ellos ya tengo de entrada mucha más cantidad de información.

– Otra cuestión  que es muy importante es la utilización de un trípode. Aunque en determinadas circunstancias, principalmente si no necesito muchas tomas, y la más lenta de ellas puedo hacerla a pulso sin trepidaciones, podría disparar a pulso, ya que el programa de procesado puede encargarse del alineamiento adecuado de las imágenes. En cualquier caso no es lo habitual.

– Y una vez seleccionado el encuadre solo me queda determinar cuántas imágenes tengo que tomar, y con qué diferencia de EV entre ellas para abarcar todo el rango dinámico de la escena. Aquí se pueden usar varias estrategias. Una puede ser medir el EV para un punto de la escena que tenga más o menos un valor medio, o el valor promedio que me da la cámara cuando la pongo en medición matricial o evaluativa. Y a partir de esa referencia, ver cuánto tengo que subir o bajar el EV para cubrir toda la escena. Esto está explicado a grosso modo, pero no quiero ahora entretenerme más en ello, simplemente aconsejo ser generoso en estas mediciones y realzar siempre alguna foto  más de la que pensemos que podemos necesitar tanto por el lado de las altas luces como por el de las sombras. Una serie de cinco exposiciones con diafragma y medio, o dos diafragmas de diferencia, si hemos tomado bien el valor medio, suele ser más que suficiente. Pero en Internet podemos encontrarnos hdrs obtenidos a partir de 16 o 32 imágenes.

En el gráfico que muestro a continuación puede apreciarse un ejemplo típico, en el que partiendo de una escena con una diferencia de 13 EVs (del 4 a 16) y una cámara de 5 EVs de rango dinámico, hemos cubierto todo el rango tonal de la escena con 5 disparos con 2 EVs de diferencia en cada uno de ellos. Entre paréntesis se indica a modo de sugerencia los posibles valores de velocidad y diafragma para cada una de las tomas, en las que como puede apreciarse no se ha cambiado el difragma (5,6) y hemos jugado con la velocidad de obturación.

Esquema de imágenes a realizar para abarcar una escena de gran rango dinámico.

Esquema de imágenes a realizar para abarcar una escena de gran rango dinámico.

Para realizar estas tomas, con diferentes valores EV, podemos servirnos, de una opción de la que disponen la mayoría de las cámaras digitales, incluso las más básicas, y que es el horquillado automático.

Con el horquillado automático, a partir de un valor de exposición medio (diafragma, obturación e ISO), la cámara realiza automáticamente varias tomas variando entre ellas el valor EV tanto hacia abajo como hacia arriba. Pero esto se entiende mejor viéndolo:

 

Menú de la cámara donde se seleccionan las opciones de horquillado.

Menú de la cámara donde se seleccionan las opciones de horquillado.

Ese es el menú típico para el horquillado. Como puede verse le he indicado que realice 5 imágenes con una diferencia entre ellas de +/- 1 EV. En este caso es muy importante tener en cuenta el modo de programa o prioridad en el que tenemos puesta la cámara. Pues si tenemos seleccionado por ejemplo la prioridad a la velocidad, la cámara intentará conseguir esos valores cambiando el diafragma. Algo que en principio no es muy aconsejable para el HDR, pues como puede entenderse estaríamos cambiando la profundidad de campo entre las diferentes tomas, es decir en una toma habrá enfocado un objeto que en la otra no lo está, lo cual complicaría su ensamblaje final. Yo recomendaría seleccionar la prioridad a la apertura, o directamente hacerlo en manual, seleccionando el diafragma adecuado y cambiando manualmente la velocidad entre toma y toma.

Ya tengo las imágenes. ¿Y ahora que hago con ellas?

Pues tengo que tratarlas con una aplicación que me permita su compilación y tratamiento en 32 bits. Si lo hago en Photoshop la opción se denomina «Combinar para HDR» y está dentro de las opciones de «Automatizar» del menú «Archivo». Tengo que confesar que a mí, personalmente no me convence demasiado, aunque realmente tiene suficientes opciones para comenzar a introducirnos en esta técnica.

Yo recomendaría la utilización de aplicaciones más específicas como el «Photomatix» que sin ser muy complejas de usar, además de tener muchas más opciones, realizan el  trabajo, a mi entender, de una manera más fina. De la forma de utilizar este aplicación pueden encontrarse videos y manuales en Internet, por lo que no me entretengo en ello.

En todos estos programas, y una vez que hemos seleccionado las imágenes que vamos a apilar obtenemos una imagen de 32 bits, que como ya he comentado no puede visualizarse adecuadamente en el monitor, por lo que tendremos que realizar otro paso en el que tendremos que elegir qué tipo de procesado le vamos a aplicar a la hora de convertirla en una imagen visible en el monitor, bien de 8 o de 16 bits.

¿Y de donde viene la mala fama de los HDR?

Pues precisamente de ese procesado. Y es que  hay que reconocer, que con estos tratamientos estamos acostumbrados a ver imágenes casi irreales,  a las que no tengo nada que objetar. Yo mismo lo hago a veces, pero que en sentido estricto, se alejan de lo que es realmente la fotografía, y que se adentran más en el mundo de diseño gráfico, y que no son del gusto de muchos fotógrafos, o amantes de la fotografía.

Aquí dejo dos ejemplos. En el primero, el del paisaje del rio Guadiana, además de para poder captar el amplio rango dinámico de la escena, he utilizado el hdr para conseguir una suave transición de tonos en toda la imagen, sin pasarme excesivamente en el procesado.

En el segundo, ya más dentro de lo que sería un procesado surrealista, he utilizado esta técnica para dar a la imagen un aspecto en cierto modo cientifista, que parece adecuarse al tema que se trata, o al menos a lo que yo quería expresar.

Amanecer en el Guadiana. (escena tratada mediante hdr con un procesamiento moderado)

Amanecer en el Guadiana. (escena tratada mediante hdr con un procesamiento moderado)

 

Sesión de anillado. (Escena tratada mediante hdr con un procesamiento agresivo)

Sesión de anillado. (Escena tratada mediante hdr con un procesamiento agresivo)

 

 

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